La jaula invisible
Sobre el amor materno y la dificultad de crecer
Introducción
La adolescencia es una etapa crítica pero no necesariamente disfuncional. Pensar que un adolescente es peligroso, violento e impulsivo por naturaleza es reducir sus posibilidades a un estereotipo que solo provoca distanciamiento entre los adolescentes y los adultos quienes están llamados a ser sus guías. Es mejor observar a un adolescente como alguien resolviendo conflictos que tal vez no sean evidentes, pero sin duda existen en su psicología. Así que antes de corregir y castigar; es importante acercarse con humildad, curiosidad y amabilidad para conocer y empatizar con esos conflictos.
Para una madre este acercamiento se hace cada vez más difícil a medida que los hijos crecen, y la juventud en lugar de convertirse en una oportunidad, se concibe como una carga. Las madres usualmente dudan si lanzar fuera de casa a sus hijos por miedo a que no sobrevivan, entonces construyen una jaula, cada una con sus particularidades. Lo irónico es que la jaula no solo es física ya que los jóvenes viven protegidos por sus madres, sino progresivamente se va haciendo psicológica en su comportamiento inconsciente; lo que a la larga es aún más perjudicial. Entonces ¿Qué hacer?
Bienestar
Uno de los conceptos más investigados en la actualidad en los campos de educación infanto adolescente y ciencias sociales; pero que no ha sido popularizado, ni lo suficientemente divulgado, en la comunidad ha sido el de Bienestar Subjetivo. Una de las razones es porque la psicología infanto juvenil se ha enfocado exclusivamente en la modificación del comportamiento y la intervención de problemas asociados a la salud mental, lo cual no es inapropiado; sin embargo, esta perspectiva puede subestimar y dejar de lado la capacidad e inventiva de las personas para incrementar su percepción de bienestar en medio de las circunstancias adversas, los retos y las transiciones de la vida.
Si bien esta perspectiva puede asociarse a la psicología positiva, en realidad es interdisciplinaria y durante más de 25 años ha generado investigaciones poblacionales que nos dan ideas sólidas acerca de lo que sostiene el bienestar de los niños, adolescentes y jóvenes. Así uno de los hallazgos más importantes es el de los factores asociados a la progresiva reducción de la percepción del bienestar desde los ocho años en adelante. Saber estos factores nos permite comprender porque, en algunos casos, la adolescencia no solo se convertiría en una etapa excesivamente conflictiva; sino que se extendería inclusive aún más allá de los 20 años generando la jaula que hemos mencionado, jóvenes que les cuesta crecer e impulsar su propio bienestar.
Tres claves del bienestar
1. El bienestar se asocia a la satisfacción con la propia seguridad – Los adolescentes y jóvenes que mejor perciben su bienestar y con esto motivarse e impulsar sus objetivos académicos y vocacionales, son aquellos que se sienten satisfechos con el soporte recibido por parte de su familia, de la escuela y de personas clave y significativas. Esto nos sugiere que para salir de la jaula se requiere que el adolescente o joven perciba que cuenta, en primer lugar, con su familia. Mas que padres ausentes, que “tiran la toalla”, que se “lavan las manos”, o que invierten la mayor cantidad del tiempo que están con sus hijos e hijas en juzgarlos, criticarlos y culparlos; se necesita una familia que evidencie integración y se comprometa en la educación y disciplina de sus miembros. A veces cuando se les dice a los padres que soporten a sus hijos, confunden esto con la sobreprotección. Soportar no es aguantar; Soportar es educar. Algunas madres creen que amor incondicional significa “hacerse de la vista gorda” “dar todo a manos llenas” y “no decir nada”. La educación parte de una voluntad por Integrarse de toda la familia (aún los padres sean divorciados), asesorarse de un profesional en crianza, parentalidad y disciplina positiva; y lo más importante, establecer compromisos y cumplirlos.
Muchas madres rehúyen a este primer paso porque consideran que perderán a sus hijos si aplican disciplina; pero la realidad es que la disciplina es incompatible con la jaula, así que de lo que realmente rehúyen es el dejar de tener el control sobre sus hijos e hijas. La verdadera disciplina apunta a que progresivamente corregir y controlar sea lo menos frecuente; y un adolescente o joven que ya no necesita constante corrección es libre de la jaula.
2. El bienestar se asocia a la satisfacción con las relaciones interpersonales- Los adolescentes y jóvenes que mejor perciben su bienestar; son los que disponen de habilidades sociales. Aquí es importante comprender que lo que realmente brinda satisfacción con la vida no es tener muchos amigos. Sino saberse con la capacidad de poder integrarse a los grupos mediante la autenticidad. Este último concepto es fundamental pero poco mencionado. No basta solo aprender habilidades sociales como la comunicación, la empatía y la regulación del estrés. Sino considerar que cada persona es diferente y por lo tanto ejercen estas habilidades de forma particular.
Los jóvenes que eligen quedarse en la jaula han perdido esta autenticidad. Algunos han sido abusados por agentes externos a la familia, otros son estigmatizados por la sociedad, pero la verdad es que permanecer en la jaula, como un o una joven que no quiere crecer, es volverse susceptible a seguir siendo abusado(a) por otras personas en el futuro.
Junto con la disciplina, las habilidades sociales ayudan a salir de la jaula. Para esto las madres han de reconocer el grado en que sus hijos están haciéndole frente a la presión social y proponiendo algo auténtico. La presión social es inevitable, la jaula en la que los jóvenes se refugian en casa no es la única, existen muchas jaulas; la jaula de un trabajo sin vocación, la jaula de los estándares de belleza, la jaula de una relación de pareja codependiente, etc. Lo que tienen en común todas es que son basadas en la presión social de un agente que busca sacrificar la autenticidad del otro.
Entendemos que más allá de los problemas sociales, la clave está en acercarse al otro siendo uno mismo y para lograrlo hay que construir un proyecto personal y valores personales. Muchos padres consideran que la carrera universitaria brindará estos elementos, esto es equivocado. Los valores personales son tan intensos que un solo valor puede abarcar muchas opciones profesionales. Los valores están hechos para liberar a las personas de los encasillamientos y las jaulas, precisamente porque conservan y protegen la dimensión espiritual de las personas.
3. El bienestar se asocia a la satisfacción del uso con el tiempo – Finalmente, los adolescentes y jóvenes que mejor perciben su bienestar son quienes sienten que lo que hacen tienen un real significado. Esto está ligado con los dos puntos anteriores. Si no existe disciplina, un joven no podrá defender sus valores y descubrir a través del ejercicio de estos que su tiempo tienen un real significado.
Muchos padres de familia manifiestan que han permitido estudiar a sus hijos lo que les gusta, por ejemplo, arte. Pero vuelvo a mencionar que la carrera universitaria no es la solución a la inestabilidad emocional de un joven. La jaula o cubo que vimos en la obra de teatro significa primordialmente el control de las madres sobre sus hijos. De este control parte la pérdida de autonomía. En el fondo los jóvenes que no pueden salir de la jaula no lo pueden hacer porque dependen de sus madres para tomar decisiones y se van sintiendo cada vez más indefensos. Algunos intentan salir, pero vuelven porque la jaula no es física, sino psicológica.
Cuando a los jóvenes se les permite tomar decisiones y no se les controla, sino se les guía; comienzan a descubrir, relacionándose con otros, que en cualquier lugar siempre habrá alguien que los quiera controlar. Que ese problema no está en casa, sino en la compulsión de la sociedad por delimitar las libertades de los individuos. En ese momento aparece el dilema si adaptarse o rebelarse. Es donde los padres proponen la sabia solución. Construir valores los cuales sean innegociables y que se protejan a través de las habilidades sociales.
Es en este punto donde los jóvenes comienzan a sentir satisfacción con lo que hacen, ya que tienen un sentido. Por ejemplo, estudiar no se percibe como una pérdida de la libertad a la que cual adaptarse o rebelarse; sino como un estadio que pasar para poder cultivar y proteger esos valores. Las mentes más brillantes de nuestra humanidad tenían claro porqué estudiaban, no solo para tener dinero o un empleo, eso es pura adaptación; sino para prepararse y poder darle, una mejor forma y comprensión a esos valores.
Culminamos mencionando que un valor es algo mucho más grande que uno mismo y que cualquier individuo. Es un activo de la humanidad y aún de la naturaleza que merece ser cuidado, estudiado, conservado y protegido. Desde la biología de las abejas, hasta la estructura de las estrellas, pasando por la consciencia humana y las habilidades artísticas y físicas. Descubrir esos valores es finalmente lo que abre la jaula y permite la salida.
· ¿Bienestar o bienestares?
Los tres puntos aquí expuestos sobre el bienestar son generalidades. Cada caso es diferente y es bueno considerar las variables y particularidades propias de nuestro caso.
Por esa razón te invito a ayudarnos a comprender mejor a las madres que pasan esta situación. Después de haber visto la obra “Te prometo esta vez” ingresa al siguiente enlace y responde las 5 preguntas que encontrarás.
https://forms.gle/5gTpgv6CEz7hibcw6
Con esta información no solo nos ayudarás a generar conocimiento para poder educar a las madres, sobre la construcción de la jaula y cómo permitir a sus hijos e hijas salir de ella; sino que nuestro equipo podrá brindarte retroalimentación y consejos adaptados a tu realidad.
Muchas gracias.
Ps. Giancarlo Magro
Magister en salud mental del niño y el adolescente
Candidato a PhD. En Educación y Sociedad